“¡La Pasión del Misionero es el Evangelio!”
El próximo 21 de octubre, fiesta de San Antonio Gianelli, celebramos el día de la Familia Gianellina, esta vez en el marco del Año de la Vida Consagrada. Este acontecimiento nos motiva a dar particular atención, en las actividades que hemos planificado para el mes “gianellino y misionero”, a la identidad y a la misión de las Hijas de María del Huerto y de toda la Vida Consagrada, en la Iglesia y en el mundo.
Cuando hablamos de la personalidad de nuestro Padre Fundador resaltamos siempre su fuego misionero, su pasión por el anuncio del Evangelio que le daba la luz para poder discernir bien y la fuerza para superar toda dificultad dejando de lado los miedos, las comodidades y limitaciones sea por falta de miembros o de los medios adecuados:
“Es mejor ser pocos y resueltos que muchos e inertes. El soldado que no combate causa gran estorbo a los valerosos ... Bien sé que faltan los medios: pero Dios ayuda cuando no falta en nosotros ni la fe ni el corazón ... Crezcamos sobre todo en el celo, en la perfecta caridad hacia Dios y hacia las almas ... Y todos los obstáculos terminarán” (A. Gianelli, Carta nº 208, a los socios misioneros de la congregación de san Alfonso de Chiavari, 23 de enero de 1842).
En el Mensaje para la Jornada mundial de las Misiones de este año el Papa Francisco nos anima también a renovar nuestro fuego apostólico:
“La misión es una pasión por Jesús pero, al mismo tiempo, es una pasión por su pueblo ... El nos quiere tomar como instrumentos para llegar cada vez más cerca de su pueblo amado y de todos aquellos que lo buscan con corazón sincero. En el mandato de Jesús: ‘id’ están presentes los escenarios y los desafíos siempre nuevos de la misión evangelizadora de la Iglesia. En ella todos están llamados a anunciar el Evangelio a través del testimonio de la vida; y de forma especial se pide a los consagrados que escuchen la voz del Espíritu, que los llama a ir a las grandes periferias de la misión, entre las personas a las que aún no ha llegado el Evangelio ...”.
Como Familia Gianellina, en la Iglesia, compartimos la riqueza del carisma del Instituto y las exigencias de la misión, en el diálogo y la colaboración fraterna sigamos buscando caminos que nos ayuden a crecer en el seguimiento de Cristo y en el anuncio gozoso del Evangelio a los pobres, a los pequeños los enfermos, a los despreciados y olvidados, a los que no tienen como pagarnos (Cfr. EG 48).
“Para vivir el testimonio cristiano y los signos del amor del Padre entre los pequeños y los pobres, las personas consagradas están llamadas a promover, en el servicio de la misión, la presencia de los fieles laicos... Son hermanos y hermanas que quieren compartir la vocación misionera inherente al Bautismo. Las casas y las estructuras de las misiones son lugares naturales para su acogida y su apoyo humano, espiritual y apostólico” (Francisco, Mensaje para la Jornada Mundial de las Misiones 2015).
Esta Jornada Gianellina nos ayude a todos a renovarnos en nuestra vocación de discípulos misioneros de Jesucristo y podamos experiementar el gozo del anuncio y la fecundidad de una vida vivida al estilo del Evangelio.
Hna. Gladis N. Eberhardt
Superiora General
Roma, octubre de 2015