El 13 de
diciembre se celebra el día de Santa Lucía, una mártir cristiana
nacida en el año 283 en Siracusa (actualmente una ciudad italiana que
pertenecía a la provincia romana de Sicilia) y que falleció muy joven, con apenas 21 años, en el año 304. El martirio que padeció durante la
persecución de Diocleciano tiene que ver con su consagración como patrona de
los ciegos (es común el dicho 'Que Santa Lucía te conserve la vista') y en la
actualidad es venerada en la Iglesia católica, ortodoxa y luterana.
Lucía era de padres nobles y ricos, hija de Eutiquia y de un padre cuyo
nombre se desconoce pero que probablemente sería Lucio, dada la costumbre
romana de poner a las hijas el nombre del padre. Educada en la fe cristiana,
Lucía consagró su vida a Dios e hizo
un voto de virginidad.