Nacido en San Juan, poco después de la Revolución de Mayo – 15 de
febrero de 1811 – Domingo Faustino Sarmiento, dedicará su vida a la política no
sólo en la función pública sino también como periodista y escritor, en un
territorio convulsionado por las guerras y los proyectos de país enfrentados.
Su vida, plagada de lucha, tiene como norte una fe imperecedera en
un futuro glorioso. Las quince mil páginas que constituyen, al menos en su
versión actual, sus obras completas, dejan testimonio de su actividad como
pedagogo, político, militar y uno de los mejores escritores del mundo en el
siglo XIX.
Su mítica figura de educador, se sustenta en su impulso para dar forma a
la Ley 1420; fundar numerosas escuelas normales, nacionales, primarias;
promover las ciencias y las artes -visible en obras como el Observatorio
Astronómico de Córdoba y la Oficina Meteorológica-; crear la Ley de
Bibliotecas Populares; realizar el primer censo nacional, y extender las
redes ferroviarias y telegráficas, entre otros. Fomentar la curiosidad del
pueblo desde la edad temprana es, también, uno de sus mandatos.
El 11 de septiembre de 1888 fallecía en Asunción del Paraguay, a
los 77 años de edad, el ex presidente Domingo Faustino Sarmiento, considerado
“el padre del aula” por el gran impulso que dio a la educación.
Una vida apasionante que tuvo en el desarrollo de la educación un faro
irrenunciable, visto como una panacea capaz de resolver los problemas más
profundos de la Argentina que se proyectaba.