Como católicos, celebremos el Día de Acción de Gracias con profundo
espíritu de oración, agradecimiento y alegría. Que la celebración de este día
nos debe llevar a recordar que nuestra vida es una constante acción de gracias
a través de nuestros actos de la vida cotidiana, que deben todos ellos dar
gloria a Dios, y de manera especial a través de la celebración de la Eucaristía.
Como nos dice el Catecismo: “La Eucaristía es un sacrificio de acción de
gracias al Padre, una bendición por la cual la Iglesia expresa su
reconocimiento a Dios por todos sus beneficios, por todo lo que ha realizado
mediante la creación, la redención y la santificación. ‘Eucaristía’ significa,
ante todo, acción de gracias”. (CCC 1360)