La creación del pabellón provincial coincidió con
el rescate de la figura de Bustos, en ocasión de los festejos por el
Bicentenario de la Patria.
En efecto, nuestra
bandera oficial tiene tres bandas verticales proporcionales: roja a la
izquierda, blanca al medio y azul-celeste a la derecha, que cumplen el doble
propósito de rescatar los colores empleados por Artigas y ser compatibles con
las de las otras dos provincias de la Región Centro: Entre Ríos y Santa Fe
simbolizando, de esta manera, la vocación integradora del área.
Vistos de forma
separada, el rojo representa la sangre vertida y el federalismo abrazado por
Córdoba, el azul-celeste los aportes a la independencia nacional y los cursos
de agua que recorren la provincia y el blanco se refiere a la identidad de un
pueblo formado por numerosas corrientes migratorias.
Contiene además la
silueta del “sol jesuita”, que con sus 32 rayos (16 rectos y 16 ondulados)
dispuestos alternadamente, coinciden desde los gráficos con el “sol inca o sol
de mayo” presente en la bandera nacional, buscando reflejar la importancia
política, social, cultural, educativa y religiosa de los jesuitas que dieron a
lo largo de la historia a Córdoba un legado patrimonial, que ha sido reconocido
por la UNESCO a fines del año 2000 como Patrimonio de la Humanidad.