29 de agosto: Martirio
de San Juan Bautista
"San
Juan Bautista, el precursor de Jesús, que testimonia con su sangre su fidelidad
a los mandamientos de Dios. Su vida nos enseña que cuando la existencia se
fundamenta sobre la oración, sobre una constante y sólida relación con Dios, se
adquiere la valentía de permitir que Cristo oriente nuestros pensamientos y
nuestras acciones"
(Benedicto XVI, agosto de 2012).
San Juan Bautista, murió decapitado por anunciar y denunciar la verdad. Juan
Bautista es el único Santo en la Iglesia a quien se le celebra su nacimiento
(24 de junio) y su muerte por medio del martirio.
Juan
es primo de Jesús, concebido tardíamente por Isabel de su esposo Zacarías.
Es un
hombre "justo y santo" condenado a muerte por su libertad de palabra
y por ser fiel a su mandato.
San Juan dejó que su vida fuera disminuyendo
para dejar espacio al Mesías. El más grande terminó así. Pero Juan sabía que
debía empequeñecerse: "Es necesario que Él crezca y que yo
disminuya", dijo (Jn 3, 30). Juan mostró a Jesús a los primeros
discípulos, señalándolo como la Luz del mundo, y luego se desvaneció lentamente
en la oscuridad de una celda en la prisión. Donó su vida disminuyendo hasta la
muerte.
La vida sólo tiene valor al donarla en el amor,
en la verdad, al donarla a los demás en lo cotidiano, en la familia. Hay que
donarla siempre.