JORNADA DEL EDUCADOR CATÓLICO 2017: RETORNANDO A LAS RAÍCES
Caminamos unidos hacia una educación fecunda
La jornada del Educador Católico es una instancia de toma de conciencia del rol del educador católico en la sociedad presente, en la cultura del siglo XXI y en la iglesia actual. El rol del educador no se agota en el docente ya que educadores somos todos los adultos responsables, aunque – sin lugar a dudas- el docente encarna, de manera particularmente significativa, el rol del educador. La Jornada del Educador Católico no es una instancia equivalente al Día del Maestro. Es un espacio de construcción de la identidad de la clave pastoral en nuestras instituciones. Resulta un momento pedagógico –pastoral importante que ha tenido, a lo largo de los años, diversas formas de celebración. Una oportunidad de reflexión sobre nuestra identidad pastoral desde la misión educadora. Un día para pensarnos como un cuerpo pastoral educativo. Esta Jornada fue instaurada en el año 2000 con el sueño de comenzar un nuevo siglo y un nuevo milenio donde la identidad de la escuela creyente fuera revalorizada y resinificada ante la nueva cultura emergente. Se eligió el precepto del 15 de agosto, evocando el día de la Santísima Virgen llevada a los cielos para que ella, como la Madre Y Maestra, sea celebrada en relación a la vocación docente.
La Jornada del Educador Católico ayuda a profundizar en el proceso arquidiocesano del Plan Pastoral y el XI Sínodo desde una espiritualidad de comunión; estimula la participación de las zonas pastorales dinamizando la integración y la interacción; profundiza la pertenencia desde un espacio de intercambio vincular a través de un momento pastoral y espiritual entre las instituciones.
A lo largo de los años ha tenido diversas formas de celebrarse: por escuelas, por zonas pastorales, a través del proyecto escuela enlace y, en esta oportunidad, volvemos a los orígenes de esta celebración haciendo una experiencia de convocatoria masiva como lo fue en los primeros años. Este espacio -que ha costado conseguir, construir y defender- tenemos que valorarlo. No hay ningún otro lugar del país una experiencia similar donde las escuelas católicas se convoquen para reflexionar, actuar y orar su propia identidad para la misión pastoral de educar y de evangelizar.
Es tiempo de seguir construyendo la Iglesia comunión, participación y compromiso. A las escuelas creyentes nos toca un papel importante a la hora de recrear el rostro de una Iglesia para todos. En tiempos socialmente difíciles para la educación, es preciso no ser vulnerables. No hay que privarse del regalo de disfrutar de un encuentro de gracia.
El regalo de la canonización del sacerdote cordobés José Gabriel Brochero, nos inspira descubriéndolo como maestro de evangelización, promoción humana y ciudadanía. Que la Virgen Madre, Nuestra Señora del Rosario del Milagro, Patrona de la Arquidiócesis de Córdoba, nos ayude en la toma de conciencia y en la construcción de la identidad de la escuela creyente en clave pastoral.
Padre Eduardo Casas
Como comunidad educativa hemos participado de esta hermosa jornada, tanto del Colegio del Huerto Centro y Hortus Conclusus.