“CRESCENCIA EN EL SUEÑO DE DIOS”
2021 - Año de San José
ORACIÓN INICIAL PARA TODOS LOS DÍAS
Oh Padre, que por
tu amor a los pequeños y a los pobres, guiaste a la Beata María
Crescencia, por el ca-mino de la humildad y de la sencillez, concédenos,
por su intercesión, poder servir a nuestros hermanos más necesitados,
con la dulzura de la caridad y la fuerza de la bondad. Por Jesucristo
Nuestro Señor. Amén
ORACIÓN FINAL PARA TODOS LOS DÍAS
Pidiendo la canonización de nuestra Beata María Crescencia Pérez.
Padre de Jesús y nuestro, que por tu Divino Espíritu haces florecer la santidad en la Iglesia, te damos
gracias por la Beata María Crescencia que te amó con sencillez y te rogamos que la glorifiques,
para
que su ejemplo e intercesión sirvan a la extensión de tu Reino y a la
multiplicación de las vocaciones a la vida consagrada.
Concédenos, por su intermedio, la gracia que con humildad te imploramos. Por Jesucristo nuestro Señor. Amén.
“Corazón de Jesús, por los sufrimientos de tu Divino Corazón, ten misericordia de nosotros”.
HERMANA CRESCENCIA LLAMADA Y AMADA
SAN JOSÉ: PADRE AMADO
La Hna. Crescencia aprendió a ser obediente como Cristo y era devota del Corazón de Jesús.
Los primeros años de su vida religiosa los dedicó a la niñez. Se desempeñó como maestra de Labo-res y Catequesis, en primer lugar, en la Escuela Taller adjunto a la Casa Provincial y después en el Colegio del Huerto de Buenos Aires, en calle Rincón.
Una segunda etapa de su vida tuvo como destinatarios a los enfermos. Comenzó esta misión en el Sanatorio Marítimo de Mar del Plata (Solarium), lugar dedicado exclusivamente a la internación y atención de niños afectados de tuberculosis ósea.
Allí permaneció tres años. Como su frágil salud comenzó a declinar rápida y seriamente sus supe-riores decidieron enviarla a un lugar donde el clima le ayudase a recuperarse.
Por su papel en la historia de la salvación, san José es un padre que siempre ha sido amado por el pueblo cristiano, como lo demuestra el hecho de que se le han dedicado numerosas iglesias en todo el mundo; que muchos institutos religiosos, hermandades y grupos eclesiales se inspiran en su espiritualidad y llevan su nombre; y que desde hace siglos se celebran en su honor diversas representaciones sagradas. Muchos santos y santas le tuvieron una gran devoción, entre ellos Teresa de Ávila, quien lo tomó como abogado e intercesor, encomendándose mucho a él y recibiendo todas las gracias que le pedía. Alentada por su experiencia, la santa persuadía a otros para que le fueran devotos.
Qué admirable que los devotos de los santos sientan amor y admiración por ellos.
El pueblo de Dios admira y ama a los santos. Así a San José lo llama el padre amado y a la Beata Crescencia, Sor dulzura.
Contagiemos el testimonio de la fe de los creyentes.
Beata Crescencia es instrumento de Dios y servidora de su pueblo.
PRECES:
A cada oración decimos: “Danos Señor un corazón valiente”.
• Para descubrir el sueño que Dios tiene para cada uno de nosotros. Oremos…
• Para aceptar siempre tu voluntad. Oremos…
• Para anunciar al mundo la Buena Noticia. Oremos…
• Para dar testimonio de nuestra vida cristiana. Oremos…