Domingo de la Ascensión del Señor

Celebramos este domingo la ASCENSIÓN DE JESÚS AL CIELO. El está allí junto al Padre y prometió prepararnos un lugar. Esa promesa llena de esperanza nuestro caminar. En este domingo, en que también celebramos la Jornada Mundial de las Comunicaciones Sociales, no olvidemos pedirle al Señor que la Iglesia encuentre en los Medios de Comunicación, un instrumento eficaz de Evangelización


ORACIÓN 

por contar conmigo,

por aceptarme entre tus íntimos.

Sé que caminas conmigo, que eres compañero de camino,

que estás junto a mí, que trabajas conmigo

cada vez que me pongo a anunciar tu Evangelio.

Sé, que cuando te anuncio, tú confirmas mi palabra

con la fuerza de tu Espíritu y te haces presente en mí,

acompañándome en la marcha de la vida.

Yo también quiero ser tu palabra

y tus manos allí donde me pongas.

 

Espíritu Santo, ven, ven…

 

DEL EVANGELIO DE SAN MARCOS 16, 15-20

 

“…Jesús se apareció a los once y les dijo: “Vayan por todo el mundo, anuncien el Evangelio a toda la creación. El que crea y se bautice se salvará. El que no crea se condenará. Y estos prodigios acompañarán a los que crean: arrojarán demonios en mi nombre y hablarán nuevas lenguas; podrán tomar a las serpientes con sus manos, y si beben un veneno mortal no les hará ningún daño; impondrán las manos sobre los enfermos y los curarán”. Después de decirles esto, el Señor Jesús fue llevado al cielo y está sentado a la derecha de Dios. Ellos fueron a predicar por todas partes, y el Señor los asistía y confirmaba su palabra con los milagros que la acompañaban”.

 

La liturgia este año toma el texto del Evangelio de Marcos, que enfatiza la responsabilidad misionera de los creyentes. Este fue el mandamiento final del Señor Resucitado antes de la Ascensión. Los discípulos de Cristo deben evangelizar el mundo entero, comenzando por su propio corazón. Y mientras continúen llevándolo en sus corazones y anunciándolo al mundo, sentirán la presencia del Señor con ellos, y para su sorpresa, podrán ver que ellos también son capaces de realizar las mismas maravillas que hizo Jesús. El Señor ha ascendido al cielo, pero para hacerlo presente en la tierra hay que proclamarlo. Si los discípulos no quieren sentirse solos y abandonados, lo que tienen que hacer es llevar el mensaje del Evangelio a todo el mundo. Si el Evangelio, se predica, salvará a los cristianos de sentirse solos y les conferirá poderes inesperados

Podemos notar que el llamado a la misión incluye la tarea de bautizar. La palabra "Evangelio" se refiere a la persona misma de Jesús. “Predicar el Evangelio” significa anunciar a la persona de Jesús de manera efectiva.

 

Durante su ministerio terrenal, Jesús envía a sus discípulos al mundo a predicar, y les da el poder de expulsar demonios y sanar a los enfermos. Expulsar a los demonios, tomar en sus manos serpientes, beber veneno mortal, imponer las manos a los enfermos, hablar en lenguas…. . Cuando Jesús estaba a punto de irse, confirmó este poder a Sus discípulos con toda Su autoridad.

El poder de Jesús contra la fuerza del mal fue el regalo para sus seguidores. Por eso ésta es la garantía de que los misioneros estarán bajo la protección del Señor Resucitado que siempre estará con ellos. Esta unión con Jesús se expresará a través de signos concretos, se comunicarán en donde pareciera imposible, podrán adentrarse en contextos desconocidos, y habitarán en culturas que parecen lejanas; podrán enfrentar serpientes, podrán tratar con la malicia y la calumnia, y no serán tocados por el veneno que los enemigos pongan en sus vidas y en la vida de la comunidad; sanarán a los enfermos, traerán consuelo, y curarán las heridas de un mundo desgarrado por el odio y el egoísmo.

 

La partida de Jesús fue un momento de transición para la Iglesia, el paso de la gloria de la Resurrección al poder del Espíritu Santo. "Se sentó a la diestra de Dios". Esta es una expresión que simbólicamente se refiere a la entrada de Jesús en la presencia de Dios. “A la Diestra” es una expresión del Antiguo Testamento que significa autoridad compartida . Jesús, sentado a la diestra de Dios, se convierte en esperanza para todos aquellos que, en obediencia a su misión, proclaman la Buena Nueva a todo el mundo.

 

MEDITACIÓN

 

Cuando alguien nos deja, normalmente experimentamos una profunda sensación de ausencia. En la Ascensión, Jesús se va, pero en realidad permanece con nosotros. Él nunca nos abandona. Él cumple su promesa y sigue estando con nosotros hasta el fin del mundo. Esta forma nueva de presencia, desde su Ascensión, nos hace tomar conciencia de nuestra responsabilidad.

Ahora somos nosotros, la Comunidad Cristiana, quienes sentimos la urgencia de hacer realidad el Evangelio y de construir el Reino que Él inauguró. Contamos con su presencia en medio de nosotros y con la fuerza de su Espíritu.

 

Jesús había reprendido a los apóstoles por su falta de fe. Sin embargo, a pesar de esto, les encargó que proclamaran la Buena Nueva al mundo entero. Esto es un estímulo para nosotras, ya que los testigos del Evangelio no tienen que ser perfectos.

Antes de ascender para tomar “Su lugar a la diestra de Dios”, Jesús confió Su misión salvadora de “Predicar el Evangelio” a los discípulos.

Jesús les dice que el testimonio que darán, tendrá efectos bastante dramáticos, como el ayudar a personas a vencer los demonios, traerles paz y darles la salud. Cosas suceden cuando creemos en el poder del Señor. Una fe firme puede hacernos capaces de enfrentar y superar las dificultades que están más allá de nuestra capacidad.

La Ascensión marcó el final de la presencia visible de Jesús con los discípulos, sin embargo, Él permaneció y trabajó siempre con ellos.

 

ORACIÓN

Señor Jesucristo, justo antes de tu Ascensión al cielo pediste a tus apóstoles que fueran testigos tuyos hasta el confín de la tierra después de recibir el Espíritu Santo. Permite que yo también sea inspirado por Ti para difundir el mensaje del Evangelio en palabra y obra, de acuerdo a tu voluntad en mí. ¡Y que lo haga con prudencia y alegría, con tu ayuda, guía y gracia! Y que, recordando este glorioso acontecimiento, pueda buscar las cosas de arriba, las del Cielo, donde Tú habitas y estás sentado a la derecha del Padre.

 

CONTEMPLACIÓN

Contemplo en silencio la presencia del Señor. “Los discípulos salieron a predicar a todas partes, y el Señor estuvo con ellos y confirmó su palabra con los signos que los acompañaban”. Dejo que esta frase invada la profundidad de mi ser y dejo que sus palabras resuenen dentro de mí ... disfruto el ritmo de Su cercanía perfecta ... y Sus manos que poderosamente obran en mí ...

 

COMPROMISO

Anunciar es abrir la boca, abrir la vida y el corazón para compartir algo que es más grande que nosotros, la Buena Noticia de la salvación. Por eso preguntémonos: ¿Cómo estamos anunciando a Jesús hoy y cómo lo haremos de ahora en adelante…?






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