3 de octubre
Solemnidad de la
Virgen María del Rosario del Milagro.
Patrona de la Arquidiócesis de Córdoba
Historia de la imagen de la Virgen del Rosario del Milagro.
En la noche del 19
de junio de 1592, un terremoto despertó a los moradores del Callao, en las
costas de Perú. Todos fueron a refugiarse en las playas, el lugar más seguro.
Al amanecer del día 20, sucedió algo inesperado: flotando sobre las aguas del
Pacífico se acercaron a la costa dos arcones.
El Regidor de la
ciudad -García Hurtado de Mendoza, Marqués de Cañete y Virrey del Perú- ordenó
recogerlos. Una vez que las cajas arribaron a la playa, causó sorpresa leer en
sus tapas sendos rótulos grabados a fuego que decía: “Una Señora del Rosario
para el convento de Predicadores de la ciudad de Córdoba, provincia de
Tucumán, remitido por Fray Francisco de Victoria o.p., Obispo de Córdoba del
Tucumán”; “Un Señor del Crucificado para la Iglesia Matriz de la ciudad de
Salta, provincia de Tucumán, remitido por Fray Francisco de Victoria o.p.,
Obispo de Córdoba del Tucumán”.
No cabía duda; eran
los restos de un naufragio, tan comunes en aquellas épocas. De modo portentoso
solo se salvaban esos dos venerables símbolos de la piedad cristiana. Abiertas
las arcas, ante las expectativas de todos, se encontraron las imágenes que
señalaban los rótulos.
El entusiasmo del
pueblo se desbordó en aplausos y lágrimas de piedad. Enseguida el Virrey ordenó
grandes festejos religiosos que conmocionaron la devoción del pueblo.
Santo Toribio de
Mogrovejo, entonces arzobispo de Lima celebró el pontifical y Te Deum de acción
de gracias en la Catedral metropolitana. Y se cree que en esa ocasión
encontraron, venerando las imágenes, a Santa Rosa de Lima, San Francisco Solano
y San Martín de Porres.
Pero el tiempo
pasaba y era necesario cumplir con la voluntad del remitente. Se formaron en
Lima sendas comitivas para trasladar sobre sus hombros estos regalos del Cielo.
Organizada la
procesión, fue despedida en las puertas de la ciudad por las salvas del
ejército y los cantos y oraciones del pueblo. El P. Lozano s.j., en cada pueblo
del trayecto se renovaban los portadores de las imágenes y manifestaciones de
fe.
Legaron las
imágenes a la ciudad de Salta, donde fueron recibidas con entusiasmo en el
llamado desde entonces “Campo de la Cruz”, renovándose los festejos con que
fueron honradas en el Perú.
Desde Salta donde
se quedó El Santo Cristo, continuó la comitiva con la imagen destinada para
Córdoba. Muchos caballeros se unieron al séquito para entregar la imagen del
Rosario a la Comunidad Dominicana.
Córdoba, famosa por
su piedad y por su ciencia, la recibieron con gran solemnidad, y desde entonces
la Virgen del Rosario del Milagro ha sido el foco central de su devoción.
La actualidad le
dedicó un Santuario que muy pronto se hizo célebre por las gracias concedidas
en él por la Virgen a favor de aquellos que le imploraban su protección En
tiempos de calamidades públicas, sequías, epidemias y otros flagelos, el pueblo
de Córdoba ha acudido con fe al invocar el auxilio de “La Negrita” (como
cariñosamente se la llama) y que su esperanza nunca ha sido defraudada.
Esta protección ha
sido experimentada en muchas oportunidades y de modo colectivo y particular,
como también en las familias. Por eso, el Obispo fr. Reginaldo Toro o.p., en
nombre de su Diócesis, pidió al Papa León XIII la corona pontificia para
esta imagen, quien la concedió teniendo en cuenta las gracias obtenidas por
su intermedio. Entre los muchos factores impensados no había sido el menor, el
haber librado del invasor a todo nuestro pueblo en el año 1807. Hay testimonio
de ello en las banderas existentes en la Basílica, ofrecidas por Liniers a la
Virgen del Milagro, a quien había invocado en aquella ocasión.
El 1 de octubre de
1892 Córdoba renovaba las manifestaciones de amor a su protectora y patrona,
ciñendo su frente con la corona de Reina.
En 1934, cuando la
Santa Sede convirtió en Arquidiócesis la antigua Diócesis de Córdoba del
Tucumán, toda Córdoba pidió al Papa que declararan a la Virgen del Milagro,
Patrona Principal de la Arquidiócesis, hecho celebrado el 3 de octubre de 1937,
una fecha inolvidable para el catolicismo de Córdoba.
Fuente: Cofradía
del Rosario del Milagro-Córdoba