El acta
de la Independencia se firmó el 9 de julio de 1816, donde prevaleció una
postura que representaba el mandato de la mayoría de las provincias: investir a
las Provincias Unidas del "alto carácter de una nación libre e
independiente del rey Fernando VII, sus sucesores y metrópoli". Quedaba
expresamente rechazada toda fórmula intermedia que habilitara algún tipo de
protectorado. Se trató, pues, de una manifestación clara, acorde con el pedido
de San Martín, de declarar la Independencia absoluta de las Provincias Unidas
respecto a la corona española y "de toda otra dominación extranjera",
según la fórmula agregada a la proclama días después en las siguientes sesiones
del Congreso.
La
proclama se publicó en español. También en quechua y aymará con el fin de
incorporar al proceso a los pueblos originarios.
¡Viva la
Patria!