NOVENARIO PARA
PREPARARNOS A LA
FIESTA LITÚRGICA DE
SAN ANTONIO M. GIANELLI
Hacernos todos para todos,
viviendo la misericordia, el perdón y el amor sin fronteras.
En el nombre del
Padre, del Hijo y del Espíritu Santo, Amén.
ORACIÓN INICIAL PARA TODOS LOS DÍAS
(Se
leen las reflexiones y las preces
indicadas para cada día de la novena u otras que se quieran proponer)
ORACIÓN FINAL
PARA TODOS LOS DÍAS
V. Ruega por nosotros, San Antonio María Gianelli.
R. Para que seamos dignos de alcanzar las promesas de N.S. Jesucristo.
Oración: San Antonio María Gianelli, ayúdanos,
con tu protección y enséñanos a practicar las virtudes cristianas que tú practicaste en grado heroico. Tú que fuiste
ejemplo de servicio, de perdón, de amor
y misericordia, transfórmanos en auténticos servidores del Señor y del prójimo,
Hombre de Dios y profeta, predicador y
catequista, otórganos vivir tu ardor misionero porque, como familia Gianellina,
queremos continuar tu misión.
Alcánzanos de Dios, la constancia que necesitamos para hacer siempre
el bien a todos. Por Jesucristo, N.
Señor. Amén
En
DÍA
1º. Evangelio: “Vayan por todo el mundo y
anuncien
creación”. (Mc 16,15)
Papa Francisco: “La misión es una
pasión por Jesús pero, al mismo tiempo, es una pasión por su pueblo. Cuando nos
detenemos ante Jesús crucificado, reconocemos todo su amor que nos dignifica y
nos sostiene; y en ese mismo momento percibimos que ese amor, que nace de su
corazón traspasado, se extiende a todo el pueblo de Dios y a la humanidad
entera”[1]
San Antonio Gianelli: “Yo soy, y con la
santa ayuda de Dios continuaré siendo todo para vosotros. De día y de noche, en
invierno y en verano, para ricos y pobres, sanos y enfermos, sacerdotes y
laicos, cercanos y lejanos, aldeanos y ciudadanos, yo seré ciertamente para
todos, y, si no me engaña un amor ciego, seré todo para todos…estaré siempre y
enteramente a vuestra disposición”[2]
Reflexión: “Desde su
ordenación Gianelli fue misionero en un sentido particular y profundo:
orientado fuertemente hacia la predicación del evangelio. Se sintió llamado a
promover la renovación de la fe y de la vida cristiana a través de las misiones
parroquiales y de los ejercicios espirituales. Se dedicó con prisa y vigor a la
misión evangelizadora del pueblo…”[3]
Preces: a cada intención respondemos: “Señor
escúchanos”
·
Oh Padre, que has enviado a tu Hijo como luz
del mundo y palabra de verdad, haznos verdaderos testigos y anunciadores del
Evangelio para que tu Iglesia reúna hombres de toda raza, lengua y nación.
Oremos…
·
Te pedimos, Padre, por los prófugos, los
hambrientos, los perseguidos a causa de la verdad y la justicia, abre el
corazón de los hombres para que cooperen en la construcción de un mundo más
justo y fraterno. Oremos…
·
Para que surjan nuevas vocaciones misioneras
y aumenten las vocaciones al sacerdocio y a la vida consagrada. Oremos
Rezamos: Padre
nuestro, Ave María y Gloria.
Oración final para todos los días.
Día
2: Evangelio: “Serán mis testigos
en Jerusalén, en toda Judea y Samaría, y hasta los
confines de la tierra”. (Hech 1,8)
San Antonio Gianelli: “… esperamos
hacernos preceder, si no en todos los lugares, al menos en los mas centrales y
considerables, por celosísimos Misioneros que, con las misiones enteras, o con
ejercicios espirituales de menor duración, os dispondrán a acoger con fruto las
misericordias divinas que, esperamos, acompañarán a esta obra que ciertamente
es de las primeras del Ministerio Pastoral”[5]
Reflexión: “Llegado a Bobbio,
Gianelli organizó una campaña permanente de evangelización misionera de la
diócesis. Estableció que la visita pastoral de las parroquias debía ser precedida,
al menos en los lugares principales, de una misión popular y de un curso de
ejercicios espirituales”[6]
Oración: Señor, te pedimos, que
multipliques entre nosotros las vocaciones y las almas verdaderamente
apostólicas para contribuir a la extensión de tu Reino.
Preces: Invoquemos a Dios,
esperanza de su pueblo respondiendo a cada intención:
‘Escúchanos
Señor’
·
Te pedimos Señor, que mires con amor a tu
grey, y hagas que no se pierda ni uno sólo de los que el Padre te da dado.
Oremos…
·
Para que el Evangelio sea anunciado y acogido
en toda la tierra, para que Jesucristo sea conocido y amado por todos los
hombres y para que
·
Te pedimos Señor, que protejas a las Hermanas
del Huerto que dan testimonio de ti en el mundo, y las enciendas en el fuego de
tu Espíritu. Oremos
Rezamos: Padre
nuestro, Ave María y Gloria.
Oración final para todos los días.
Día
3: Evangelio: “El Espíritu del
Señor está sobre mí… Él me envió para llevar la Bue-
na Nueva a los pobres, para anunciar la
libertad a los cautivos y a los ciegos que pronto van a ver, para despedir
libres a los oprimidos y proclamar el año de gracia del Señor”. (Lc 4,18)
Papa Francisco: “Para compartir la
vida con la gente y entregarnos generosamente, necesitamos reconocer también
que cada persona es digna de nuestra entrega. No por su aspecto físico, por sus
capacidades, por su lenguaje, por su mentalidad o por las satisfacciones que
nos brinde, sino porque es obra de Dios, criatura suya. Él la creó a su imagen,
y refleja algo de su gloria. Todo ser humano es objeto de la ternura infinita
del Señor, y Él mismo habita en su vida… Más allá de toda apariencia, cada uno
es inmensamente sagrado y merece nuestro cariño y nuestra entrega. Por ello, si
logro ayudar a una sola persona a vivir mejor, eso ya justifica la entrega de
mi vida…”[7]
San Antonio Gianelli: “(cada
Misionero) Abrazará con entusiasmo cualquier ocasión de hacer el bien
espiritual a los prójimos, especialmente con el instruir, confesar, visitar
enfermos y encarcelados y asistir moribundos” [8]
Reflexión: Gianelli nos dice
que siempre debemos tener presente lo que nos dice el Señor, en el Santo
Evangelio, que quien sirve a los enfermos, encarcelados, etc., es a Él mismo a
quien sirve; y por eso debemos acostumbrarnos a mirar en los más pequeños la
persona misma de Jesucristo.
Oración: Señor inflámanos en
tu caridad, y fortalécenos en la fe para testimoniar tu amor ante los hombres.
Preces: Invoquemos a Dios, nuestro
Padre, respondiendo a cada intención:
‘Escúchanos Señor”
·
Por nuestra patria, para que todos trabajemos
unidos para conseguir una convivencia en justicia y libertad. Oremos…
·
Por los que sufren para que encuentren en
nosotros el gesto y la palabra oportuna que haga renacer en ellos la alegría y
la esperanza. Oremos…
·
Por todos nosotros, para que nos concedas la
gracia de percibir la profundidad de la misericordia divina y nos ayudes a testimoniarla
a nuestros hermanos. Oremos…
Rezamos: Padre
nuestro, Ave María y Gloria.
Oración final para todos los días.
DÍA
4ª Evangelio: “Cuando el Hijo
del hombre venga en su gloria rodeado de todos los
ángeles, se sentará en su trono glorioso.
Todas las naciones serán reunidas en su presencia… Entonces el Rey dirá a los
que tenga a su derecha: “Vengan, benditos de mi Padre, y reciban en herencia el
Reino que les fue preparado desde el comienzo del mundo, porque tuve hambre, y
ustedes me dieron de comer; tuve sed, y me dieron de beber; estaba de paso, y
me alojaron; desnudo, y me vistieron; enfermo, y me visitaron; preso, y me vinieron
a ver…” (Mt.
25, 31 y ssg.)
Papa Francisco: “No podemos escapar
a las palabras del Señor y en base a ellas seremos juzgados: si dimos de comer
al hambriento y beber al sediento. Si acogimos al extranjero y vestimos al
desnudo. Si dedicamos tiempo para acompañar al que estaba enfermo o prisionero
(Cf. Mt. 25,31-45)… En cada uno de estos “más pequeños” está presente Cristo
mismo…”[9]
San Antonio Gianelli: “Terminado el
juicio inapelable, será dictada la sentencia. No sé imaginarla, pero, leo en el
Evangelio que Cristo dirá, vuelto hacia los salvados: - Alegraos queridos míos,
vosotros que habéis estado lejos del pecado, vosotros que habéis llorado los
pecados cometidos, los habéis arrojado en mi misericordia a través de la
confesión. Yo no los recuerdo más. Recuerdo vuestro arrepentimiento, vuestro
amor. Venid a mi Reino, seréis partícipes de mi gloria: ‘Venid, benditos de mi Padre, y recibid en herencia el Reino que les
fue preparado desde el comienzo del mundo’[10]”[11]
Reflexión: Gianelli nos
recuerda que debemos dedicar nuestro tiempo a los pobres, escucharlos con
paciencia, confortarlos con bondad y salir en su defensa con prontitud y
energía cuando alguno, de condición superior, quiera aprovecharse. Así fue su
modo de actuar y por eso fue llamado “padre
de los pobres”.
Oración: Señor, ayúdanos a
vivir
Preces: A cada intención
respondemos
“Ayúdanos Señor””
·
Para que los pobres y todos los que sufren,
constituyan el centro de nuestra atención y de nuestra entrega. Oremos…
·
Por todos los hombres de buena voluntad que
se preocupan por construir un mundo mejor, para que sus esfuerzos se vean
coronados por la conquista de una sociedad más justa y fraterna. Oremos…
·
Por todos nosotros Señor, para que nos
concedas la gracia de percibir la profundidad de la misericordia divina y nos
ayudes a testimoniarla a nuestros hermanos. Oremos...
Rezamos: Padre
nuestro, Ave María y Gloria.
Oración final para todos los días.
DÍA
5º Evangelio: “Este es el
ayuno que yo amo – oráculo del Señor – soltar las cade-
nas injustas, desatar los lazos del yugo
dejar en libertad a los oprimidos…compartir tu pan con el hambriento y albergar
a los pobres sin techo; cubrir al que veas desnudo…”[12]
Papa Francisco: “Es mi vivo deseo
que el pueblo cristiano reflexione sobre las obras de misericordia espirituales
y corporales… para entrar aun más en el corazón del Evangelio, donde los pobres
son los privilegiados de la misericordia divina. La predicación de Jesús nos
presenta estas obras de misericordia para que podamos darnos cuenta si vivimos
o no como discípulos suyos”[13]
San Antonio Gianelli: “Tengo una
confianza infinita en la divina bondad y misericordia, y la creo siempre pronta
a recibir, mejor dicho a socorrer al pecador… Esto, Cristo lo demuestra en las
parábolas evangélicas, especialmente en la del hijo pródigo, en la de la oveja
y la dracma perdidas[14].
Reflexión: Gianelli no descuidó
nada con el objeto de incrementar la piedad… enfervorizó a los laicos en el
bien, incitándolos a las obras de caridad. Por el bien de su pueblo quiso que
fueran gratuitas las escuelas de sus “Hijas de María”, para el bien del pueblo
gastó sus rentas de Archipreste y de Obispo, viviendo y muriendo pobre.
Oración: Señor, empapa
nuestras vidas del coraje evangélico de nuestro Santo Fundador.
Preces: A cada intención
respondemos:
“Jesús en vos confiamos”
·
Por nuestro Papa Francisco, para que Dios lo
cubra con Su misericordia, y podamos tenerlo por muchos años como sucesor de
San Pedro. Oremos…
·
Por las Hermanas del Huerto, para que con su
oración, su palabra, y su acción, siempre hagan presente en medio del mundo el
amor misericordioso de Dios. Oremos…
·
Por
Rezamos: Padre
nuestro, Ave María y Gloria.
Oración final para todos los días.
DÍA
6º Evangelio: “Cuídense de despreciar a cualquiera de estos pequeños…”[15]
Papa Francisco: “No podemos escapar a
las palabras del Señor y en base a ellas seremos juzgados… Igualmente se nos
preguntará si tuvimos paciencia siguiendo el ejemplo de Dios que es tan
paciente con nosotros; finalmente, si encomendamos al Señor en la oración a nuestros
hermanos y hermanas. En cada uno de estos “más
pequeños” está presente Cristo mismo. Su carne se hace de nuevo visible…”[16]
San Antonio Gianelli: “…Dejen de
estar a los pies del Salvador con Magdalena para hallarse con Marta sirviéndolo
enfermo entre los enfermos, o pobre con los pobres, o encarcelado con los
encarcelados y con los hombres más miserables en los cuales se esconde para
nuestro bien”[17]
Reflexión: Gianelli da una
importancia fundamental al ser seriamente pobres para estar más disponibles al
servicio de los más necesitados, de los más pequeños, a no considerarse autosuficientes,
sino necesitados de ayuda, de amor, de perdón.
Oración: Señor, danos un
corazón humilde y desprendido de todo amor propio, de toda autorreferencia.
Preces: A cada intención
respondemos:
“Escúchanos Señor”
·
Por el Papa Francisco, que por intercesión de
San Antonio Gianelli, se vea fortalecido y apoyado en su liderazgo en
·
Por los que sufren por falta de vivienda, de
pan, de trabajo; para que encuentren en nosotros la acogida y ayuda que
necesitan. Oremos…
·
Que la caridad de San Antonio Gianelli, pueda
ser emulada por todos nosotros, al servicio de todos aquellos que sufren.
Oremos…
Rezamos: Padre
nuestro, Ave María y Gloria.
Oración final para todos los días.
DÍA
7º Evangelio: “Por eso, tú que
pretendes ser juez de los demás – no importa quien
seas – no tienes excusa, porque al
juzgar a otros, te condenas a ti mismo, ya
que haces lo mismo que
condenas”[18]
Papa Francisco: “… nadie puede
convertirse en juez del propio hermano. Los hombres ciertamente con sus juicios
se detienen en la superficie, mientras el Padre mira el interior. ¡Cuánto mal
hacen las palabras cuando están motivadas por sentimientos de celos y envidias!”[19]
San Antonio Gianelli: “…la
murmuración genera tres males diversos: el primero a la propia conciencia, el
segundo a la conciencia de quien escucha, el tercero al buen nombre de la persona
de la cual se murmura… Quien siente hablar mal de los demás tiene el deber de
hacer callar a quien propaga el mal de los demás. No haciéndolo se hace
responsable de la difusión de voces maléficas; escuchando, fomentando el
chisme, peca, ofende a Dios… Estas enseñanzas son válidas para todos. Deberemos
dar cuenta de la fama robada al prójimo y del haber enseñado a murmurar”[20]
Reflexión: Gianelli nos motiva a hacer el bien a todos, sin
acepción de personas, a ponernos al servicio de los demás desde donde estemos
ya que cada uno será juzgado por sus propias obras.
Oración: Señor, concédenos
un corazón limpio de envidia, soberbia, odio y rencor.
Preces: A cada intención, respondemos:
“Ayúdanos Señor a convertirnos de todo
corazón”
·
Para que
·
Para que aquellos que tienen por oficio
juzgar a los demás lo hagan con justicia y caridad. Oremos.
·
Para que todos seamos misericordiosos y
tengamos un corazón más sensible a la realidad de los demás. Oremos.
Rezamos: Padre nuestro, Ave
María y Gloria.
Oración final para
todos los días.
DÍA 8º Evangelio: “No juzguen y no serán
juzgados; no condenen y no serán condena-
dos; perdonen y serán perdonados. Den, y
se les dará. Les volcarán sobre el re-
gazo una buena medida,
apretada, sacudida y desbordante. Porque la medida con
que ustedes
midan también se usará para ustedes”[21]
Papa Francisco: “La peregrinación es un signo peculiar en el
Año Santo, porque es imagen del camino que cada persona realiza en su
existencia… El Señor Jesús indica las etapas de la peregrinación mediante la
cual es posible alcanzar esta meta: ‘No
juzguen y no serán juzgados; no condenen y no serán condenados; perdonen y
serán perdonados. Den, y se les dará. Les volcarán sobre el regazo una buena
medida, apretada, sacudida y desbordante. Porque la medida con que ustedes
midan también se usará para ustedes’ (Lc. 6,37-38). Dice, ante todo, no juzgar y no condenar”[22]
San Antonio Gianelli: “A aquellos
que perdonan, aman, rezan por el enemigo, Cristo asegura el perdón constante
del Padre: ‘Perdonen y serán perdonados’
(Lc.
6,37). En
la oración del Padre Nuestro, ha querido introducir: ‘Perdona nuestras ofensas como nosotros perdonamos a los que nos ofenden’.
Esto significa que si nosotros rehusamos perdonar a nuestros hermanos, el Padre
no nos perdonará… ¿Ustedes, perdonan totalmente, vuelven a abrazar a su
prójimo, le hacen el bien, rezan por él, le demuestran que lo quieren? Así hará
con ustedes el Padre: Con la misma
medida!”[23]
Reflexión: Gianelli nos enseña,
con el testimonio de su vida, a amar a todos nuestros hermanos, aun a aquellos
que no tienen esas cualidades que suscitan una respuesta positiva, porque no
obstante los defectos, los pecados, Dios los ama y nosotros debemos amarlos por
los mismos motivos por los cuales Dios los ama.
Oración: Señor, ayúdanos a
perdonar a los que nos ofendan, ayúdanos a tratar siempre a los demás como hermanos.
Preces: a cada intención
respondemos:
“Que tengamos un
corazón semejante al tuyo, Señor”
·
Por la pronta glorificación de
·
Por los que estamos aquí reunidos; para que
abramos mente, voluntad y corazón y nos dispongamos a manifestar la belleza del
perdón. Oremos.
·
Por los que sufren a causa de los egoísmos
que contaminan la fraternidad; para que no les falte el consuelo y la ayuda.
Oremos.
Rezamos: Padre nuestro, Ave
María y Gloria.
Oración final para
todos los días.
DÍA
9º: Evangelio: Jesús empezó
a decir: «Bajaba un hombre por el camino de Jeru
salén a Jericó y cayó en manos de unos
bandidos, que lo despojaron hasta de sus ropas, lo golpearon y se marcharon
dejándolo medio muerto. Por casualidad bajaba por ese camino un sacerdote; lo vio,
dio un rodeo y siguió. Lo mismo hizo un levita que llegó a ese lugar: lo vio,
dio un rodeo y pasó de largo. Un samaritano también pasó por aquel camino y lo
vio, pero éste se compadeció de él. Se acercó, curó sus heridas con aceite y
vino y se las vendó; después lo montó sobre el animal que traía, lo condujo a
una posada y se encargó de cuidarlo. Al día siguiente sacó dos monedas y se las
dio al posadero diciéndole: «Cuídalo, y si gastas más, yo te lo pagaré a mi
vuelta.» Jesús entonces le preguntó: «Según tu parecer, ¿cuál de estos tres se
hizo el prójimo del hombre que cayó en manos de los salteadores?» El maestro de
Papa
Francisco: “En este Jubileo
San
Antonio Gianelli: “El abajo firmante (Antonio Gianelli), animado por el
puro celo de la gloria divina y de la salvación de las almas, fundaba el
Instituto de las Hijas de María que, merced a la divina asistencia, tanto bien
ha hecho y tanto sigue haciendo,…acude a la piedad de los Chiavareses, que son
testigos del excelente espíritu que siempre animó a las Hijas de María… y les
ruega que no le dejen solo en una empresa volcada de lleno al bien común, sobre
todo al de los pobres y de los enfermos”[26]
Reflexión: Amar al
prójimo es difícil porque requiere nuestra entrega a los demás, y esta entrega
no es fácil porque no a todos los tratamos o queremos de la misma manera. Gianelli
nos da ejemplo de ese “amar a todos por
igual, sin ninguna distinción”. En clave gianellina imitemos a Cristo en su
vida de entrega a los demás.
Oración: Señor, concédenos un
corazón grande para buscar el bien de los demás, en las distintas situaciones
de la vida cotidiana.
Preces: A cada
intención respondemos:
“Ayúdanos Señor a
llegar al prójimo”
·
Por
·
Por todos nosotros, para que alimentados por
·
Por nuestra comunidad, para que junto a María
lleguemos al hermano necesitado y excluido. Oremos…
Rezamos: Padre nuestro, Ave
María y Gloria.
Oración final para
todos los días.
[1] Papa Francisco, “Mensaje para
[2] Gianelli, CP, pág. 27
[3] Juan M. Lozano “Fuoco di Pentecoste”, pag. 151
[4] Papa Francisco, Exhortación Apostólica Evangelii Gaudium, nº 25
[5] C.P. pág. 31
[6] Juan M. Lozano “Fuoco di Pentecoste”, pag. 152
[7] Papa Francisco, Exhortación Apostólica Evangelii Gaudium, nº 274
[8] Antonio Gianelli, Constitución nº 2 “Misioneros rurales”
[9] Papa
Francisco, Exhortación Apostólica Misericordiae Vultus, nº 15
[10] Mt. 25,34
[11] Antonio Gianelli, Predica para las misiones
[12] Is. 58, 6-7
[13] Papa
Francisco, Exhortación Apostólica Misericordiae Vultus, nº 15
[14] Antonio Gianelli, Prédica Lc. 8,10
[15] Mt. 18,10
[16] Papa
Francisco, Exhortación Apostólica Misericordiae Vultus, nº 15
[17] Antonio Gianelli, 21 de diciembre de 1845
[18] Rom. 2, 1
[19] Papa
Francisco, Exhortación Apostólica Misericordiae Vultus, nº 14
[20] Antonio Gianelli, “No hables mal de tu prójimo”
[21] Lc. 6,37-38
[22] Papa Francisco, Exhortación Apostólica Misericordiae Vultus, nº 14
[23] Antonio Gianelli, Prédica para
[24] Lc. 10-25-37
[25] Papa Francisco, Exhortación Apostólica Misericordiae Vultus, nº 15
[26] Antonio Gianelli, Epist. 1, pág. 183