PENSAMIENTOS
DE GIANELLI SOBRE CRISTO REY[1]
Por Pastoral Educativa
1. RECONOCIMIENTO HUMILDE DE LA
REALEZA DE CRISTO
Gianelli contempla la adoración de los Magos
como un acto de fe ante un Rey oculto en la pobreza: “TRES GRANDES PERSONAJES
que vienen del más lejano Oriente ... para reconocer y adorar al NIÑO REY …ciertamente,
pero no reconocido todavía, antes, al contrario, desdeñado, despreciado...” (Cartas
Pastorales, pág. 54)
2. ADORACIÓN EN LA SENCILLEZ
El pesebre no escandaliza a los que tienen
fe: “Ni una sola duda logró despertar en su ánimo la pobreza de la gruta en que
lo encontraron o la sencillez de los padres que lo guardaban ... sin dudarlo un
instante se postran y sobre aquel heno y en aquel vil pesebre lo adoran...”
(Cartas Pastorales, pág. 55).
3. CRISTO COMO CENTRO DE LA
ESPERANZA
Gianelli afirma que el mismo Dios que
adoraron los Magos es el que nosotros profesamos: “El Dios que adoramos, el
Salvador que es el centro de nuestras esperanzas, ¿no es el mismo que
reconocieron, que adoraron y que luego tanto predicaron los Magos?”. (Cartas
Pastorales, pág. 57).
4. IMITACIÓN DEL IMPULSO DE
FE
Nos exhorta a seguir el ejemplo de los
Magos, que reconocieron a Cristo como Rey y lo buscaron con ardor: “Sigan el
primer impulso de su fe, primera inspiración de la gracia... imiten de algún
modo el celo de su FE...” (Cartas Pastorales, pág. 64).
La figura de Cristo como Rey
puede transformar profundamente nuestra vida cuando dejamos que su reinado no
sea sólo simbólico, sino real y cotidiano. No se trata de un poder que domina,
sino de un amor que sirve, que sana, que redime. Reconocer a Cristo como Rey es
permitirle reinar en nuestras decisiones, en nuestras relaciones, en nuestras
prioridades. Es dejar que su justicia inspire nuestras acciones, que su
misericordia modele nuestro trato con los demás, y que su paz gobierne nuestros
corazones. Como enseñaba San Antonio María Gianelli, los Magos “abandonaron
todo lo que tenían de más querido… sólo por verlo, por adorarlo”. Cuando Cristo
ocupa el centro, todo lo demás encuentra su lugar. Su reinado nos libera del
egoísmo, nos impulsa a la santidad y nos convierte en constructores de su Reino
aquí y ahora.
[1] Cfr. PENSAMIENTO DE GIANELLI PARA CADA DIA - UNA LUZ PARA CADA DIA.
Hermana María del Huerto Pucheta. Córdoba.2015. Consultado en: www.
fmhclarapodesta.org/po/institucionales/9fc-pensamientos-de-san-antonio-m-gianelli-una-luz-para-cada-da-actualizacin.html